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julio 16, 2018
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NUEVA YORK. (EUROPA PRESS) - La defensa que ha hecho el presidente estadounidense, Donald Trump, durante la rueda de prensa con su homólogo ruso, Vladimir Putin, de la postura rusa negando cualquier injerencia en las elecciones presidenciales de 2016 ha desatado una tormenta política en Estados Unidos con críticas de pesos pesados republicanos, incluso de los considerados cercanos a Trump.
Trump ha afirmado en la rueda de prensa tras las reuniones mantenidas con Putin que no ve "ninguna razón" para creer que hubo injerencia.
"El presidente Putin me ha dicho que no ha sido Rusia y yo no veo ninguna razón para que lo haya sido", ha apuntado.
"Oportunidad perdida del presidente Trump para que Rusia rindiera cuentas por la injerencia de 2016 y para trasladar una seria advertencia para futuras elecciones.
Esta respuesta del presidente Trump será considerada por Rusia como una señal de debilidad y creará muchos más problemas que los que resuelva", ha afirmado en Twitter el senador Lindsey Graham, miembro de la Comisión de Servicios Armados del Senado.
Uno de los senadores más cercanos a Trump, Orrin Hatch, ha subrayado que ya está probada la intervención rusa en las elecciones.
"Rusia interfirió en las elecciones de 2016. Los servicios secretos están de acuerdo en esto. Desde el presidente para abajo todos debemos hacer lo que podamos para proteger nuestra democracia asegurándonos de que las elecciones futuras no sufran la influencia o interferencia extranjera, diga lo que diga Vladimir Putin o cualquier otro agente extranjero", ha...
Otro senador republicano, Jeff Flake, ha calificado de "vergonzosas" las palabras de Trump. "Nunca creí que vería un día en el que nuestro presidente se presentara junto al presidente ruso y culpara a Estados Unidos por una agresión rusa. Es una vergüenza", ha apuntado Flake también en Twitter.
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